
En la primera historia contamos con los antiguos compañeros de
Justicia y
Estrella de Fuego,
Los Nuevos Guerreros. Este grupo, bautizado como “Los Héroes de los 90”, apareció durante el
crossover“Actos de Venganza” en
The Mighty Thor #412 USA (1989). El grupo estaba integrado por personajes ya conocidos por el público, como eran
Nova, que había protagonizado una breve serie en los años setenta;
Namorita, la prima de
Namor, que había aparecido en la serie de éste;
Estrella de Fuego, personaje que había saltado de la serie televisiva
Spider-Man and His Amazing Friends (que en España se emitió con doblaje sudamericano y el título “
Las aventuras del sorprendente Hombre Araña y sus increíbles amigos”) a las páginas de los mutantes;
Marvel Boy, un nombre que ya habían llevado otros personajes en el pasado y que, en este caso, correspondía a la versión presente de
Vance Astro, de los
Guardianes de la Galaxia; y
Speedball, un personaje creado por
Steve Ditko. A estos personajes se uniría el misterioso
Destructor Nocturno. Con fecha de portada de julio de 1990 se publicaba
The New Warriors #1 USA, una serie que huía de las modas imperantes de
Image, en las que predominaban los dibujos espectaculares y los guiones accesorios, también lejos de pistolones y dientes apretados.

El segundo invitado es un personaje muy querido por los fans vengadores, a pesar de que apareció por primera vez como integrante de
La Patrulla-X original. Tras el cierre de
The X-Men, la
Bestia protagonizó su propio serial en
Amazing Adventures vol. 2, #11-17 USA, en el que se volvería una bestia peluda. El color de su pelaje iría cambiando de negro a gris, hasta llegar al azul que todos conocemos y queremos. Fue de esta guisa (bueno, en realidad iba disfrazado), con la que se presentó en la Mansión de Los Vengadores con la intención de unirse al grupo. ¡Y vaya si lo hizo! Legendarias son sus juergas nocturnas y citas dobles con el
Hombre Maravilla, con el que aquí se reencuentra con su inimitable estilo. Por desgracia, todo lo bueno se acaba y en
The Avengers #211 USA (1981) el bueno de
Hank McCoy abandona el grupo.
Su destino serían
Los Defensores y, más tarde, coincidiendo con el
boom mutante de los años ochenta, se reintegraría en la franquicia que le vio nacer, primero en
X-Factor y después en las dos series del grupo original,
Uncanny X-Men y
X-Men. Parecía que el adorable hijo de Norton y Edna McCoy estaba condenado a permanecer ligado a los mutantes, aunque su papel durante los noventa se limitara a pasarse el día encerrado en su laboratorio buscando infructuosamente una cura para el Virus del Legado.

Esto provocó que a los aficionados del personaje se les quedara una espinita clavada, pues esperaban volver a ver a la
Bestia brincar por entre las estancias de cierta mansión de la 5ª Avenida.
Busiek y
George Pérez se hacen partícipes de este sentimiento, apareciendo como personajes en la historia.
El dúo, no obstante, abandona temporalmente la serie para dejar a
Jerry Ordway como autor completo de tres números en los que se encarga de bucear en el pasado del grupo. Su intención parece ser reivindicar a la
Capitana Marvel, aunque no está muy claro si lo hace de la mejor forma posible. Este personaje, junto con el
Caballero Negro, que aparece de visita, fue clave en la etapa de
Roger Stern, que acaba de terminar de publicarse en
Marvel Gold. Los Poderosos Vengadores. Pero Ordway va más allá en su búsqueda de glorias pasadas y nos trae a
Arkón, señor de un mundo de fantasía heroica que había aparecido por vez primera en
The Avengers #75 USA (1970.
Marvel Gold. Los Vengadores: La batalla por la Tierra), en plena etapa de
Roy Thomas y
John Buscema.

Tras dicha historia regresan los autores titulares para el plato fuerte: la historia definitiva de
Ultrón. Para contar dicha historia, se centran en el que, sin duda alguna, es el que peor suerte ha corrido de los cinco componentes originales de Los Vengadores a lo largo de los años:
Henry Pym. Mientras sus compañeros acababan quedándose con el título en el que se publicaba su serial o adquiriendo uno propio, el pobre doctor Pym acabó perdiendo su serial al poco tiempo. Y digo “doctor” porque ése ha sido otro de los rasgos definitorios del personaje: su cambio de identidad. Tras debutar en una historia de ciencia ficción, pasaría a adquirir la identidad superheroica del
Hombre Hormiga. No tardaría en convertirse en el
Hombre Gigante y, tras perder su serial y reintegrarse en
Los Vengadores, pasaría a ser
Goliat y, más tarde,
Chaqueta Amarilla. Por si fuera poco, durante los ochenta cayó en desgracia tras un bofetón a su esposa y un descabellado ataque contra sus compañeros gracias al cual esperaba quedar como un héroe. Dicha caída en desgracia la arrastró durante la década de los ochenta y prácticamente todos los noventa, aunque la etapa de Busiek no conseguiría redimirlo del todo. Habría que esperar una década más hasta que
Dan Slott y
Chris Gage se encargaran de él, pero eso es ya otra historia…

Aquí hay que hacer un inciso, pues cabe recordar que la ayudante del
Hombre Hormiga, y también miembro fundacional del grupo, la
Avispa, nunca gozó de serie propia. Sin embargo, tras la caída en desgracia de su marido vivió una época dorada, en la que fue la líder de
Los Vengadores. De ahí la afirmación de que Pym es el personaje más “gafe” del quinteto original.
Pero sin duda alguna el mayor error que ha cometido en su trayectoria es la creación del androide misántropo conocido como
Ultrón. Este robot mostró por primera vez su macabra sonrisa en la última viñeta de
The Avengers #55 USA (1968.
Marvel Gold. Los Vengadores: ¡Unidos en combate!) y desde entonces, ha pasado por múltiples encarnaciones: Ultrón-1, Ultrón-2, Ultrón-3, Ultrón-4, Ultrón-5, Ultrón de adamántium, Ultrón bueno, Ultrón malo, Ultrón de chocolate... Bueno, ese último no.
Busiek introduce un giro totalmente lógico, si tenemos en cuenta la relación de Ultrón con sus "hijos":
La Visión,
Yocasta y
Alkhema.
Sin duda, la historia definitiva del androide y su creador… hasta que alguien decidió ponerle tetas al primero. Pero eso ya es algo que no tiene cabida aquí.
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