IMPOSIBLES X-FORCE: NACION DEATHLOCK
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Imposibles X-Force: Nación Deathlok
El apocalipsis a unos pocos años vista es uno de los escenarios más visitados por la ciencia ficción (¿alguien recuerda cuando se la llamaba también "literatura de anticipación"? Por ahí vamos ahora). Marvel, como gigantesca esponja que absorbe los grandes temas de cada época, ha usado y abusado de las distopías, tanto fuera como dentro de la Franquicia Mutante, si bien es cierto que las diferentes series protagonizadas por hombres-X pisan de manera habitual sobre esos terrenos.
Como ocurrió ya con los grandes clásicos, escritos cuando 1984 parecía muy, muy lejano, el paso del tiempo ha comenzado a dejar en el pasado aquellos mañanas de pesadilla escritos sobre viñetas. Tomemos como ejemplo paradigmático el de Deathlok, un personaje de importancia capital en este cómic. Creado por Rich Buckler y Doug Moench a mediados de los años setenta, su leyenda presagiaba que en 1994 estaríamos consumidos por la Tercera Guerra Mundial y el desastre atómico que habría causado ésta. Acudamos ahora a "Días del futuro pasado", la madre mutante de todos los porvenires mutantes pesimistas, que construyeran Chris Claremont y John Byrne nada más estrenada la década de los ochenta y que puede disfrutarse, con una frescura que llegas a pensar que se hubiera escrito ayer, enMarvel Gold. La Imposible Patrulla-X nº 2. En las páginas de aquel glorioso cómic, asistíamos a la esclavización de la humanidad y el asesinato sistemático de todos los superhéroes a manos de Los Centinelas. La fecha que se marcaba entonces para el comienzo de la tragedia era la de 1984, una nada casual alusión a la novela de George Orwell.
Al final de la aventura, el lector se quedaba con la sensación de que los mutantes, pese a que habían impedido el asesinato de Robert Kelly no habían sino contribuido a que el desastre tuviera lugar, ya que el Programa Centinela se ponía en marcha de igual manera. Durante los años posteriores, Chris Claremont fue llevando la serie hacia ese terreno, e incluso coincidiendo con la llegada del señalado año llegó a poner encima de la mesa la inminente aprobación de la ley que en el ominoso futuro avistado en la saga servía como detonante del horror. Sin embargo, la progresión hacia el estado fascista que predecía "Días del futuro pasado" se quedó desdibujada entre la enorme cantidad de tramas argumentales de la serie, hasta su desaparición de facto.
Saltamos hasta 1990. Dwayne McDuffie y Gregory Wrightcrearían una nueva versión de Deathlok con la que pretendían reposicionar al personaje en las estanterías de las tiendas de cómics. La colección alcanzaría cierto éxito, de manera que consiguió su propósito durante cuatro largos años, para echar el cierre en 1994, como si se tratara de un círculo que se cerrara. Porque, recuerdo, 1994 era la fecha en la que, en los años setenta, se situaba el nacimiento del Deathlok original. La profecía se equivocó. En 1994 no hubo invierno nuclear. En lo que a los cómics se refiere, el final de los tiempos no tenía relación alguna con las bombas atómicas ni la Guerra Fría. En los cómics, el fin de los tiempos se conjugaba, una vez más, en clave mutante.
Ese año, desde la Oficina X planearon una monumental distopía pesimista que se alzaría como un gran éxito de ventas: "La Era de Apocalipsis". En este caso, una modificación en el pasado barría todo el escenario establecido, para en su lugar descubrirnos un mundo llevado al límite por el yugo de Apocalipsis, villano que se había alzado como uno de los peores enemigos de La Patrulla-X. La saga, que fue el gran evento de su época, concluiría con el regreso a la normalidad, pero su éxito fue tal que algunos de los personajes que habían surgido de la misma serían asumidos por la continuidad tradicional, además de que sucesivos revivalspermitirían recuperar de nuevo aquel mundo, por más que aparentemente desapareciera en las páginas finales de la historia.
La distancia transcurrida desde la publicación de "La Era de Apocalipsis" nos ha conducido a algo que hubiera sido imposible en el momento de su lanzamiento. Como primero ocurrió con Deathlok y luego con "Días del futuro pasado", se ha convertido en un clásico más del cómic de superhéroes, lo que en cierta manera la coloca en igualdad de condiciones con sus compañeras temáticas, en lugares comunes y reconocibles por el público al que los guionistas han de volver de manera periódica, aunque para ello sea necesario acometer una reescritura de las circunstancias que mantengan el contexto fresco y atrayente.
Recientemente, y como exponente de esas revisiones, Jason Aaron unió el destino de Lobezno al de Deathlok, un nuevo Deathlok que se sumaba a los que ya se habían presentado anteriormente. Poco después, el guionista Rick Remendercomenzaría a establecer las líneas maestras para desarrollarImposibles X-Force. Fue cuando tuvo una idea de difícil materialización. Pretendía unir a los diferentes Deathloks que habían existido, por más que fueran contradictorios entre sí, y enlazarlos con "La Era de Apocalipsis" e incluso con la complicada historia de Arma Plus. Menudo lío, ¿verdad?
Pero no lo es en absoluto, porque Remender ha encontrado una inteligente manera de hacerlo. Consiste en dar todos los futuros como válidos y posibles, puesto que todos están por suceder y todos podrían llegar a hacerlo. Será el comienzo, tan sólo el comienzo, de un largo camino que ha trazado, que nos llevará un buen número de tomos recorrer y que es consecuencia de lo ocurrido en la primera misión del grupo, nada menos que la muerte de aquél destinado a convertirse en Apocalipsis. El detalle de que fuera tan sólo un niño seguirá pesando como una losa sobre los protagonistas y determinará la cadena de acontecimientos a los que nos disponemos a asistir. Mientras avanzamos a través de ellos, sólo puedo prometerte que Imposibles X-Force seguirá subiendo en tu listado de series favoritas, quien sabe si para alzarse al primer puesto.
Como ocurrió ya con los grandes clásicos, escritos cuando 1984 parecía muy, muy lejano, el paso del tiempo ha comenzado a dejar en el pasado aquellos mañanas de pesadilla escritos sobre viñetas. Tomemos como ejemplo paradigmático el de Deathlok, un personaje de importancia capital en este cómic. Creado por Rich Buckler y Doug Moench a mediados de los años setenta, su leyenda presagiaba que en 1994 estaríamos consumidos por la Tercera Guerra Mundial y el desastre atómico que habría causado ésta. Acudamos ahora a "Días del futuro pasado", la madre mutante de todos los porvenires mutantes pesimistas, que construyeran Chris Claremont y John Byrne nada más estrenada la década de los ochenta y que puede disfrutarse, con una frescura que llegas a pensar que se hubiera escrito ayer, enMarvel Gold. La Imposible Patrulla-X nº 2. En las páginas de aquel glorioso cómic, asistíamos a la esclavización de la humanidad y el asesinato sistemático de todos los superhéroes a manos de Los Centinelas. La fecha que se marcaba entonces para el comienzo de la tragedia era la de 1984, una nada casual alusión a la novela de George Orwell.
Al final de la aventura, el lector se quedaba con la sensación de que los mutantes, pese a que habían impedido el asesinato de Robert Kelly no habían sino contribuido a que el desastre tuviera lugar, ya que el Programa Centinela se ponía en marcha de igual manera. Durante los años posteriores, Chris Claremont fue llevando la serie hacia ese terreno, e incluso coincidiendo con la llegada del señalado año llegó a poner encima de la mesa la inminente aprobación de la ley que en el ominoso futuro avistado en la saga servía como detonante del horror. Sin embargo, la progresión hacia el estado fascista que predecía "Días del futuro pasado" se quedó desdibujada entre la enorme cantidad de tramas argumentales de la serie, hasta su desaparición de facto.
Saltamos hasta 1990. Dwayne McDuffie y Gregory Wrightcrearían una nueva versión de Deathlok con la que pretendían reposicionar al personaje en las estanterías de las tiendas de cómics. La colección alcanzaría cierto éxito, de manera que consiguió su propósito durante cuatro largos años, para echar el cierre en 1994, como si se tratara de un círculo que se cerrara. Porque, recuerdo, 1994 era la fecha en la que, en los años setenta, se situaba el nacimiento del Deathlok original. La profecía se equivocó. En 1994 no hubo invierno nuclear. En lo que a los cómics se refiere, el final de los tiempos no tenía relación alguna con las bombas atómicas ni la Guerra Fría. En los cómics, el fin de los tiempos se conjugaba, una vez más, en clave mutante.
Ese año, desde la Oficina X planearon una monumental distopía pesimista que se alzaría como un gran éxito de ventas: "La Era de Apocalipsis". En este caso, una modificación en el pasado barría todo el escenario establecido, para en su lugar descubrirnos un mundo llevado al límite por el yugo de Apocalipsis, villano que se había alzado como uno de los peores enemigos de La Patrulla-X. La saga, que fue el gran evento de su época, concluiría con el regreso a la normalidad, pero su éxito fue tal que algunos de los personajes que habían surgido de la misma serían asumidos por la continuidad tradicional, además de que sucesivos revivalspermitirían recuperar de nuevo aquel mundo, por más que aparentemente desapareciera en las páginas finales de la historia.
La distancia transcurrida desde la publicación de "La Era de Apocalipsis" nos ha conducido a algo que hubiera sido imposible en el momento de su lanzamiento. Como primero ocurrió con Deathlok y luego con "Días del futuro pasado", se ha convertido en un clásico más del cómic de superhéroes, lo que en cierta manera la coloca en igualdad de condiciones con sus compañeras temáticas, en lugares comunes y reconocibles por el público al que los guionistas han de volver de manera periódica, aunque para ello sea necesario acometer una reescritura de las circunstancias que mantengan el contexto fresco y atrayente.
Recientemente, y como exponente de esas revisiones, Jason Aaron unió el destino de Lobezno al de Deathlok, un nuevo Deathlok que se sumaba a los que ya se habían presentado anteriormente. Poco después, el guionista Rick Remendercomenzaría a establecer las líneas maestras para desarrollarImposibles X-Force. Fue cuando tuvo una idea de difícil materialización. Pretendía unir a los diferentes Deathloks que habían existido, por más que fueran contradictorios entre sí, y enlazarlos con "La Era de Apocalipsis" e incluso con la complicada historia de Arma Plus. Menudo lío, ¿verdad?
Pero no lo es en absoluto, porque Remender ha encontrado una inteligente manera de hacerlo. Consiste en dar todos los futuros como válidos y posibles, puesto que todos están por suceder y todos podrían llegar a hacerlo. Será el comienzo, tan sólo el comienzo, de un largo camino que ha trazado, que nos llevará un buen número de tomos recorrer y que es consecuencia de lo ocurrido en la primera misión del grupo, nada menos que la muerte de aquél destinado a convertirse en Apocalipsis. El detalle de que fuera tan sólo un niño seguirá pesando como una losa sobre los protagonistas y determinará la cadena de acontecimientos a los que nos disponemos a asistir. Mientras avanzamos a través de ellos, sólo puedo prometerte que Imposibles X-Force seguirá subiendo en tu listado de series favoritas, quien sabe si para alzarse al primer puesto.
Julián Clemente
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