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(EXTRAIDO DE  PANINI)

VENENO: LA VENGANZA DE  TOXINA

El quinto volumen de la serie de Veneno cambia la localización de la historia protagonizada por Flash Thomson

 

El penúltimo volumen de la saga del Agente Veneno se sitúa acto seguido de "Matanza Mínima", el crossover con el que podríamos tildar como su "hermano de franquicia", la Araña Escarlata. En el curso de esta aventura en el Microverso, Flash Thompson contempló con sus propios ojos el monstruo en el que se puede llegar a convertir si pierde el control sobre el simbionte alienígena. Cletus Kasady representa el reflejo distorsionado extremo, de tal manera que su creación, que tuvo lugar de la mano de David Michelinie y Mark Bagley en The Amazing Spider-Man #361 USA (1992), surgió en su momento de la necesidad de ofrecer una versión radicalizada de Veneno, puesto que la comercialidad del original había obligado a arrastrarle, desde sus orígenes como villano total, a una incómoda posición de anti-héroe psicótico.

Cada vez que un Veneno se coloca del lado de los buenos, se hace necesario buscar un simbionte antagonista que nos recuerde la maldad de la criatura. Con Flash Thompson ocurre lo mismo, sólo que hasta ahora le ha bastado y sobrado con sus propios demonios internos: su pasado alcohólico, los malos tratos a los que le sometió su padre, sus relaciones destructivas con las mujeres... Todo eso fue caldo de cultivo de la primera etapa de la serie, la construida porRick Remender. Cuando terminó, tales problemas estaban si bien no superados sí asimilados por el personaje: "conoce tus defectos, vive con ellos y trata de ser mejor cada día", es el mensaje zen que nos enviaba la obra, la lección de supervivencia recibida por Flash Thompson. Cuando llegas ahí, ¿por dónde sigues?

Cullen Bunn es un guionista mucho más pegado a la acción que a la psicología de sus personajes, de manera que cualquier aproximación al temple del protagonista pasa por las peleas, los golpes y el dolor. Se ha empeñado el nuevo guionista de Veneno en no repetir esquemas, y, quizás habiendo visto los buenos resultados que para Chris Yost tuvo llevarse a la Araña Escarlata a Houston, ha optado por dar un nuevo comienzo a Flash, una nueva ciudad en que olvidarse de los errores de siempre y, claro está, cometer otros inéditos. La elegida ha sido Filadelfia, la mayor población del estado de Pensilvania,al noroeste de Estados Unidos, entre Nueva York y Washington DC. Su nombre significa "ciudad de amor fraternal", en sus cocinas se inventó el donut, cuenta con algunos de los más significativos monumentos históricos de Estados Unidos y su vecino más ilustre fue Benjamin Franklin. Con todo, hasta ahora no contaba con ningún superhéroe en las calles, por más que Duane Swiercynski ambientara allí un crudo relato protagonizado por El Castigador, disponible en100 % Max. Punisher nº 12: Seis horas para matar. "Fily es un lugar perfecto para un héroe como Veneno", explica Bunn. "Es áspero y duro, pero tiene un gran corazón. Tiene todo el ajetreo y bullicio propio de la Gran Ciudad, pero no hay ningún otro superhéroe por allí, así que Veneno no tendrá competencia. Cuenta con una rica historia, una arquitectura impresionante, barrios y personas diversas y un puñado de leyendas urbanas, lo cual, para mí, es la guinda del pastel. Creo que encaja en la personalidad de Veneno y en su progresión como personaje. Una vez que se muda allí, Flash empieza a verse a sí mismo con una nueva luz. Está tratando de reinventarse en cierta forma".

El guionista confiesa que eligió Filadelfia después de una corta búsqueda. Tiempo atrás, había trabajado como vendedor puerta a puerta, lo que le llevó a pasar un tiempo por allí. Conocía la ciudad y estaba convencido de que Flash encajaría muy bien en ella. Para que los lectores perciban a fondo la autenticidad del entorno, Bunn ha optado además por acompañar sus guiones con un buen número de referencias fotográficas de las que se sirven Thony Silas y Declan Shalvey, los artistas con los que contamos en este tomo. De esta forma, como indica Bunn, "Independence Hall se parecerá realmente Independence Hall". Sus alusiones a las "leyendas urbanas" de la ciudad se traducen enseguida con una historia inspirada por el Experimento Filadelfia. Ésta divertida farsa daría lugar a la película del mismo nombre y trataba acerca de la hipotética teleportación de un buque desde el puerto de la ciudad a una base naval a seiscientos kilómetros de distancia.

Pero no basta con un nuevo escenario con sus variopintos relatos locales. Una ciudad late al ritmo del corazón de la gente que habita en ella y para conocerla de verdad es necesario conocer a ésta. La reportera Katy Kiernan estará entre esos nuevos vecinos. Kiernan es la típica reportera con tendencia a meterse en líos que ha creado Bunn para la ocasión. La prensa local sospecha que está inspirada porStephanie Farr, profesional del Philadelphia Daily News que se define como "estudiosa de la condición humana", pero el guionista no confirma ni niega nada al respecto, y tampoco parece un dato que vaya a cambiar la manera en que nos aproximemos a la historia. Katy no es sino la excusa argumental para introducir a Veneno en nuevos desafíos, si bien es cierto que Flash no estará solo en su nueva vida: le acompaña La Valquiria. Remender enlazó sus destinos en otra colección, en Vengadores Secretos. Y aunque Bunn opte por dejar atrás todo lo demás, sí que ha preferido quedarse con esta diosa asgardiana, tal vez por el cariño que le despierta desde que escribiera sus aventuras en Miedo Encarnado: El día después.

Allí también va a ir Eddie Brock, el Veneno original, y cierto simbionte que ya conocemos, pero que no hemos visto en mucho tiempo, lo que hará que el relato se encamine cada vez más al terreno del terror sórdido, para el que Declan Shalvey parece un dibujante apropiado... Bueno, ¿quién dijo que los nuevos comienzos son fáciles? Para Veneno, para Flash, nunca lo son.